sábado, 27 de octubre de 2012

Nestor Kirchner y una plegaria atea


Dame, señor, lo que todavía tienes,
Dame lo que nadie reclama.
No te pido riqueza
Ni éxito, ni siquiera salud:
La gente te pide todo eso con tanta frecuencia, señor,
Que ya no te debe quedar más
Dame, señor, lo que todavía tienes;
Dame lo que la gente se niega a aceptar de ti.

Quiero la inseguridad y el desasosiego,
Quiero el tumulto y la lucha.
Y si me lo concedes, señor,
De una vez por todas
Asegúrame que los conservaré,
Porque no siempre tendré el coraje
De pedírtelos.

                                          Zirnheld

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Néstor y Cristina - Verbitsky, 28/10/2010
El odio de los que odian - Brushtein, 28/10/2010
El whisky del cura irlandés - Granovsky , 27/10/2012
El cenicero y las creencias - Wainfeld, 27/10/2012
 
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Los muertos que vos matáis
 Eduardo Aliverti - Pagina 12, 28/10/2010
No quiero escribir desde el resentimiento, aunque siento que, en realidad, el verdadero rencor es el de aquellos a cuyo cinismo apuntará. Algunas cosas hay que sacarlas bien de adentro bajo pena de traicionarse a sí mismo si acaso, por razones de ¿elegancia? periodística, de ser modesto con los conceptos en horas de dolor y de respeto, se las guarda. Supongo, además, que varios de los conceptos a verter serán parecidos y hasta idénticos a muchos de los que acompañan las opiniones de esta edición. Mejor. Uno se sentirá reforzado con la gente, los colegas de este diario, y otros, que piensan igual o muy parecido y habrán escrito en consecuencia. En momentos como éstos, lo que justamente hace falta es juntarse más que nunca con la gente que piensa y dice y pregona como uno. Ayer, a muy poco de conocerse la noticia, me tocó encabezar la transmisión especial de AM 750. Muchos testimonios, mucho oyente, mucho correo, muchas sensaciones. Uno tiene en esto demasiados años de entrenamiento auditivo, de saber reconocer las entrelíneas de las declaraciones, de descubrir qué hay detrás de los tonos de voz y hasta de cada inflexión. Y entonces percibe, registra enseguida, no se le escapan ni las respiraciones. Percató en consecuencia la angustia auténtica de la gente común que llamaba a la radio; la que conforma lo definible desde hace un tiempo como la “minoría intensa” de la sociedad, contra la presunta mayoría invertebrada que está festejando la muerte de Kirchner. Sin embargo, a la par llamó la atención de quien firma la cantidad de llamados del tipo “no soy peronista, no soy kirchnerista, no quiero a este gobierno, pero...”. Ese pero. Ay, ese pero. Cuánto que hay en ese pero de “me parece que me di cuenta ahora, con la muerte, de que no hay nada real mejor que esto, por más que no me guste”.

Sea así o más o menos así, esa gente, esos peros, se sintieron legítimos, audaces, compungidos. Atención con esa tomada de nota de que ahora se corre peligro de retroceder, tanto que lo putearon. No tengo cómo justificar la elevación de los llamados a una radio a la categoría de sondeo representativo... salvo por eso del oído entrenado, de la medición automática de percepciones. Y también como quiera que sea, en cualquier caso es mucha gente con una honestidad intelectual, o sentimental, infinitamente mayores que las disfrazadas por los temporarios acomodaticios de las condolencias. Cobos, traidor, capaz de decir que se nos fue un gran líder. Andate Cobos, por favor. Andate. Pero no del Gobierno del que formás parte a la vez de denostarlo. Andate a tu casa, directamente. Por un instante de tu vida tené mínima conciencia del ridículo. Sólo eso, Cobos. Sólo eso. Vos y todos los demás que ahora descubrieron en Kirchner al tipo que llevaba la política en la sangre, al militante tiempo completo, al apasionado que deja un vacío enorme, al hombre de convicciones. Vos y todos los demás que hasta las 10 de la mañana de ayer definían esos flamantes méritos del muerto como la expresión del crispado que violentó a este país, del autoritario que nos volvió a las catacumbas de los ’70, del enajenado que nos lleva al caos institucional. Y vos, Van der Kooy, que a los veinte minutos de la muerte ya tenías subida tu columna gozosamente mal disimulada. Y vos, Fraga, Rosendo Fraga, asesor de Viola, del general Viola, del asesino Viola, que te permitiste elevar, con el muerto fresco, las condiciones a las que debe sumirse Cristina ahora que puede ejercer el Poder. Vos, Fraga, venís a cerrar el circuito que inauguró José Claudio Escribano, el mandamás de La Nación, cuando apenas asumido Kirchner en 2003 le puso en tapa el pliego de bajezas a que debía rendirse si quería completar el primer año de mandato: reacomodar las relaciones con el FMI, amnistiar a los milicos, romper con Cuba. Con Kirchner inaugurado, primer pliego. Con Kirchner muerto, también enseguida, el segundo: que Cristina se saque de encima a Moyano, a Moreno y a quien haga falta para demostrar que no es igual que el marido. Hasta un tipo de derechas como Federico Pinedo, pero con sensibilidad perceptiva –digamos que un caballero– le dijo al aire al suscripto “y, sí, es un poco apresurado el análisis”.

Pero no, no es apresurado. Son sus instintos más bajos, más pornográficos, de intereses de clase. Cabe reconocerles su impudicia explícita. E incluso prodigarles el reconocimiento de que además de ser así son inhábiles para solaparlo. Dejan todo más claro. Ese es, quizás y no importa si por convencimiento o por lectura especulativa de la realidad al cabo de 2001/2002, el legado más interesante y efectivo que deja Kirchner. Por las razones íntimas que fueran, partió aguas. Obligó a ponerse de un lado o de otro, cuando ya parecía imposible que la pasión política se reinstalara en la Argentina devastada de la rata. Más aun, por estas horas también se desnudan como de cocodrilo feroz las lágrimas y lamentos de quienes se allanaron a hacerle el juego a la derecha con chamuyo de izquierda cinematográfico-nacionalista. ¿Y por qué eso también es símbolo? Porque esa partida de aguas que significó y significa esta rara pero apasionante experiencia también compelió a que cada quien mostrara su vocación de poder. Algunos de la derecha explícita sacaron los tanques mediáticos, pero otros de la izquierda piripipí copiaron a Carrió, compararon a Kirchner con Menem y hace unas horas se manifiestan condolidos ¿de qué? ¿No es que eran iguales?

Por unas semanas como muchísimo, si es que se aguantan, el establishment más concentrado, el gorilaje recalcitrante y sus funcionales nac&pop se llamarán a silencio de expectación. Concluido el duelo de las buenas formas, medirán cuánto tiempo se requiere para que seguir atacando no se les vuelva boomerang. Tensarán que Cristina puede usufructuar, o que le serviría, la imagen de mujer enhiesta en medio de un drama de todo tipo, sola contra todos. Y encima, en medio de ese karma que los sigue regenteando: sus candidatos son horribles, no se les cae una idea alternativa convincente y están a años luz de potenciar a algún referente que demuestre capacidad de mando.

Si lo piensa bien, la derecha atraviesa un problema con la muerte de Kirchner: él venía a ser una suerte de reaseguro para continuar insistiendo contra el “aplastamiento de las instituciones”, el “clima de confrontación”, la “división de la sociedad” y todo el resto de pelotudeces tras cuyo parche se oculta, pésimamente, que no aguantan la afectación de emblemas con que sintieron tocados su alma y su culo. Y la de ciertos privilegios que manotearon sus bolsillos.

Ayer a la noche, el clima de congoja cedía lugar a una efervescencia, tan contenida como callejera, que detrás del dolor avisaba lo siguiente: si hay lugar de retrocesos en lo recuperado para los intereses populares, no les va a resultar fácil. La potencia política de Kirchner ya no estará, Cristina es candidata única y habrá que comprobar si su estoicismo aguanta la presión. Pero es irrebatible que queda una fuerza muy considerable que, cualesquiera sean los avatares electorales, no permitirá así nomás que se vuelva para atrás en ciertas conquistas que a la vuelta de la esquina eran extravíos utópicos.
En síntesis, eleven neo-pliegos de condiciones, festejen, gorileen, viven a las coronarias de Kirchner como antes a sus carótidas y al cáncer de Eva, supongan que se acabaron la ley de medios y que la yegua no debería soportar semejante tensión. Pero, por las dudas, uno les aconsejaría que adviertan la ya masa de gente joven politizada y movilizada y el número de los que se plantean lo que hay enfrente de lo que putean.
 

lunes, 1 de octubre de 2012

RAF nº1 , ilustración & diseño - Diciembre 1992


Intro veloz: Lo del título, diseño e ilustración a 20 años de distancia. Tapa de Chichoni. Y si con eso no bastase -para mi si- entrevistas a Oscar Grillo, Luis Scafati, Raul Fortin y Ricardo Rouselot (calígrafo asombroso). El filete porteño revisitado. Una historieta de tres paginas del El Tomi, ilustraciones de Crist y Nine, mucha data, textos valiosos y otros que... bueno, no.  Abajo de todo, el link al PDF (ancho de cada pagina JPG: 1200px) y a la pagina de Scrib donde verlo online. El mes que viene el numero 2. Y si, por supuesto es un choreo, pero no creo que al Tano Cascioli le importase mucho.
Chichoni rules



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Intro lenta: Habrá tantas historias y tantas versiones como narradores, tantos 'yo los leía desde el principio', 'a mi me dejaron de gustar cuando...", y ni hablar de "yo laburé ahi en la época de...". Versiones sobre su valentía y sus agachadas, su honestidad o sus macanazos, sus ediciones para la posteridad o para la vergüenza. Habrá, digo, tantas versiones acerca de La Urraca, Hum®r, y sus hacedores como lectores o protagonistas ha tenido, y fueron muchos. Si la lista de sus firmas imprescindibles se redujera a un puñado (al voleo y sin pensar mucho: Verbitsky, Soriano, el mismísimo Cortázar, García Lupo, Sasturain, Gelman, Rep) bastaría para arrojar al olvido a las larvas que tambien han pasado por ahi, y que en estas últimas décadas han demostrado lo poco que les importaban los valores que decían defender. El cariño y respeto que gente como el gordo o Feinmann le han manifestado largo de los años siguentes también sirve para sostener que se les debe mucho mas que lo que se les puede reclamar.
Una parte menos conocida pero importante de la editorial ha sido la gran cantidad de revistas hermanas (o primas) que sacaron a la venta: su primera hija reconocida, SuperHumor (cuya historia Sasturain -el eternamente despedido- cuenta para el orto cada vez que puede), Humi, SexHumor, Fierro, El Periodista de Buenos Aires -la del '84,  El Péndulo y sus antecesoras, y alguna más. Repitiendo lo de más arriba, la lista de publicaciones memorables supera por mucho las bazofias (que las han tenido, y realmente apestaban. No da para mencionarlas)

La RAF duró año y medio. Siete números, bastantes menos que el Péndulo o HUMI. Comparte con ellas el recorrido trunco, no la agonía lamentable de su revista madre y demás hermanas. Cascioli tenía cosas como esas: una revista a todo trapo, mas bien carita (10 mangos en el '92), con todas las ganas y la onda, impresa afuera (después de haberse pasado la vida puteando a los que hacían lo mismo). Una joya... pero al borde de lo invendible, como el Péndulo.
¿Quijote el Andrés?. Y sí, como no. Horacio Altuna, con quien debe haber tenido más de una agarrada, le dijo chau con una historieta muy hermosa sobre hermanos y traiciones en la Fierro nº 33 de ésta, nuestra etapa. Esta Fierro no existiría sin él. La mayoría de los periodistas que LanaDa contrató con guita de otros para que hicieran Página12 ya habían pasado por las publicaciones del Tano. Al dientón se le debía bastante más que lo que alguien le pudiera reclamar.
  
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